Limpieza de Ductos de Aire

PROBLEMÁTICA
De acuerdo a estudios de la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos, el aire interior suele estar de dos a cinco veces más contaminado que el proveniente del exterior, hecho que es ciertamente preocupante ya que solemos observar demasiada contaminación en la calle; provocada por polvo, humo de vehículos e industrias, entre otros elementos.
Aunque no observemos estos agentes en nuestro lugar de trabajo, no significa que el aire que respiramos en su interior se encuentre limpio. Un sin número de micro partículas y organismos imperceptibles al ojo humano se encuentran en estos ambientes, y los oficinistas diariamente conviven con ellos.
Además de los agentes contaminantes que pueden venir del exterior, los ductos del sistema de acondicionamiento de aire suelen jugar un papel fundamental en el resguardo y proliferación de gérmenes, que en algunos casos pueden afectar severamente la salud de quienes los respiran.

CULTURA
Generalmente el mantenimiento de un sistema de aire acondicionado se basa sólo la fuente, es decir, abordar el serpentín, el evaporador, el banco de filtros y los elementos de la unidad, pero se deja de lado la ductería.
Sin duda esto representa un grave error, ya que es por los ductos por donde transitará el aire (frío, caliente o fresco), y en el caso de que existan agentes como polen, hongos, bacterias, parásitos y otros biocontaminantes dañinos, serán absorbidos por quienes conviven en ese espacio.
En los ductos es común encontrar restos de materiales de construcción como piedras, clavos, trozos de tela, plásticos, botellas de vidrios, entre otros, los cuales, siendo inertes en su mayoría, no afectan de manera directa, no obstante sí propician la acumulación de polvo y propagación de gérmenes.
La acumulación de polvo dentro de la ductería, posteriormente es expulsada por las rejillas o difusores, pudiendo provocar molestias leves como un estornudo o afecciones graves que impactan en la capacidad de concentración e incluso hay casos en los que se ha presentado la muerte por esta causa.
De la gran variedad de contaminantes que se acumulan y se transportan por los ductos, no cabe duda que el orgánico se constituye en uno de los más poderosos contra la salud; ya que propicia las enfermedades respiratorias frecuentes cuya duración es prolongada, aquejando a prácticamente a todos los habitantes de este ambiente por su capacidad de contagio.

SÍNTOMAS
Los síntomas más recurrentes que presentan los ocupantes del inmueble, cuya calidad del aire interior es mala, son:
• Dificultad para respirar
• Comezón
• Dolor de cabeza
• Irritaciones de ojos, nariz y garganta
• Ronquera
• Erupciones en la piel
• Incremento de la incidencia de infecciones respiratorias y resfriados
• Fatiga mental
• Sensación de sequedad en membranas mucosas y piel
• Náuseas, mareos y vértigos

Al presentar estos síntomas de manera recurrente, la primera recomendación que debe seguir la persona que lo padezca es acudir al médico, pero hay que tomar en cuenta que muchas veces al ser examinado, no presenta ningún tipo de afección.
Además puede ocurrir que estos síntomas sean generalizados entre los habitantes de un inmueble, por lo que puede ser considerado como un problema del edificio.
De allí la importancia de las medidas de asepsia del lugar, pero sobre todo de la limpieza y desinfección de la ductería de aire acondicionado.

BENEFICIOS
Las ventajas que trae la limpieza de ductos pueden clasificarse en los siguientes tres rubros:

Productividad
• Mejorar la calidad del aire que se respira contribuyendo así a una mejor salud y reducción de síntomas de alergias, sinusitis, gripes entre clientes y empleados, obteniendo un mayor rendimiento en el trabajo y menor ausentismo.
• Mayor confort para los empleados y clientes.

Rentabilidad
• Reducir frecuencias de limpieza, pintura y reparaciones de equipos de oficina, ya que se remueven kilos de polvo de los ductos, el mismo que mancha paredes, techos, alfombras, ensucia y deteriora el mobiliario y además daña los sistemas de computación.
• Disminución de gastos de electricidad, debido a que según estudios 1/16″ de capa de polvo en los ductos, puede reducir entre un 10% y 20% la eficiencia de enfriamiento y calefacción, incrementando así el ahorro de energía.
• Mayor duración de los equipos de aire acondicionado.

Seguridad
• Reducción de la frecuencia de averías de equipos de oficina y de informática
¿Cuándo LIMPIAR LOS DUCTOS?
La Asociación Nacional de Limpiadores de Ductos de Aire de los Estados Unidos plantea que la ductería de un sistema HVAC recién instalado, debe estar limpia antes de su funcionamiento, posteriormente se le debe aplicar el mantenimiento cuando:
• Se perciben visualmente acumulaciones de contaminantes o desechos ¬dentro del sistema de HVAC.
• Se observa visualmente o se confirma (método analítico) crecimiento microbiano.
• El sistema de ductos descarga partículas visibles dentro del espacio ocupado.
Pese a estos factores mencionados, siempre hay que tomar en cuenta que la limpieza de los ductos va a depender de la influencia del ambiente externo del edificio, las condiciones climáticas y las aplicaciones que se ejecutan dentro del inmueble, lo que determinará la frecuencia en el mantenimiento de la ¬ductería HVAC de una edificación.
Los expertos en ductería de aire recomiendan limpiar aplicando desinfectante cada 6 ó 12 meses, mientras que la limpieza de los ductos como tal debe practicarse cada 2 ó 3 años, siempre tomando en cuenta las condiciones del aire que entra al equipo.

PROCEDIMIENTO DE LIMPIEZA Y DESCONTAMINACION DE DUCTOS DE AIRE
La ejecución de la limpieza de los ductos de aire acondicionado, se basa en la utilización de un método denominado PUSH/PULL (Empujar y Tirar) el cual ha sido totalmente perfeccionado por la empresa Air Care en los Estados Unidos, donde esta tecnología y procedimientos se aplican para un óptimo ¬mantenimiento de ductos en casinos, oficinas, hospitales y en cualquier lugar que posea sistemas de conducción de aire.
Las labores del proceso de limpieza de ductos se llevan a cabo en las siguientes fases:
Fase 1. Se resguarda el área en donde se va a trabajar. Estas zonas son protegidas por una cubierta de plástico, para garantizar que dicha área no se contamine.
Fase 2. Se realiza la limpieza de las unidades de aire, donde se limpia la pileta, rejillas, turbinas, serpentín, bandejas; aplicando químicos especiales y así lograr una limpieza y desinfección profunda.
Realización de prueba de cuenta bacteriana, hongos y levaduras, con el objetivo de proporcionar una medida del grado de contaminación biológica dentro de los ductos.
Fase 3. Se retiran de las salidas del sistema de ductería los controles de volumen y difusores de aire para su limpieza, la cual se realiza utilizando desengrasante y agua a alta presión terminando con un desinfectante.
Fase 4. Antes del ingreso del equipo de limpieza se realizan registros en los ductos principales, permitiendo que el cepillo y la máquina de presión negativa trabajen de manera más eficiente y succione el polvo que va removiendo el cepillo eléctrico.
Con el objetivo de trabajar eficientemente y eliminar la suciedad que hay en un tramo de registro, el ducto es bloqueado con hule espuma, a fin de que no se cuele más polvo proveniente de otras áreas de la ductería que se limpiarán posteriormente.
Remoción sistemática de la acumulación de contaminantes y desinfección de los ductos con el Cepillo Rotatorio Cobra.
En esta fase se utilizan cepillos rotatorios automáticos de cerdas ajustables, cuya finalidad es remover sedimentos y agentes contaminantes alojados en el ducto.
Mientras el cepillo está removiendo, paralelamente se realiza la extracción de los residuos y elementos contaminantes, a través de una máquina succionadora compuesta por tres filtros, entre ellos uno HEPA, a los fines de asegurar una alta eficiencia en la remoción de suciedad.
Fase 5. Cuando ya se ha removido el exceso de polvo y agentes contaminantes, se procede a la aplicación de químicos para la desinfección y fijación del remanente de polvo que aún quede existente en el ducto. En esta etapa los químicos que fijan el resto de polvo se encargarán de matar bacterias y demás biocontaminantes.
Vale la pena resaltar que los desinfectantes utilizados cuentan con la aprobación de organismos especializados en salud y medio ambiente, tal es el caso de la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos.
Fase 6. Se colocan los controles de volumen y difusores, los cuales ya se encuentran limpios y desinfectados.
Fase 7. Una vez acabados los trabajos de limpieza y desinfección, así como la colocación de rejillas y difusores; se efectúan pruebas del equipo y se aplica un desodorante, asegurando así que no existan signos de polvo.
Fase 8. Posteriormente debe realizarse la limpieza del lugar en el cual fueron limpiados los ductos, retirando el polvo y residuos a través de aspiradoras de especiales, las cuales tienen la función de succionar el material peligroso.
Fase 9. Por último se entrega el equipo descontaminado y probado al encargado de mantenimiento del edificio.

CONTAMINANTES AMBIENTALES
La cantidad de posibles contaminantes es grande debido a que pueden tener muy diversos orígenes. Los propios habitantes del edificio pueden ser una de las fuentes más importantes ya que el ser humano produce de forma natural dióxido de carbono (CO2), vapor de agua, partículas y aerosoles biológicos, siendo a la vez responsable de la presencia de otros contaminantes entre los que destaca el ¬humo de tabaco que en sí contiene más de 3000 compuestos, entre ellos, monóxido de carbono (CO), aldehídos, óxidos de nitrógeno, metales, etcétera.
Los materiales de construcción y ornamento del inmueble, así como los muebles y otros componentes pueden también ser la causa de la presencia en el aire de compuestos tales como formaldehído, vapores orgánicos, polvos y fibras (asbestos, vidrio, textiles). Por otro lado los materiales usados para el trabajo de oficina, en las instalaciones o para el mantenimiento también pueden aportar contaminantes al ambiente.
El polvo presente en un aire interior está formado por partículas tanto orgánicas como inorgánicas, muchas de las cuales pueden catalogarse como fibras. El polvo total dependerá de la ventilación, la limpieza, la actividad en la zona y el grado de presencia de humo de tabaco.
Los biocontaminantes pueden ser responsables de enfermedades infecciosas y también de alergias. Hay que considerar los posibles efectos de bacterias, virus, hongos, ácaros, levaduras, entre otros.
Actualmente son muy pocos los límites ambientales existentes para estos contaminantes y se debe recordar que en el caso de los productos químicos, sus mezclas pueden tener sobre el ser humano efectos aditivos, sinérgicos o antagónicos y que el conocimiento de estas interacciones es aún muy limitado. Del mismo modo tampoco se conocen los efectos de ciertas sustancias sobre el organismo cuando la exposición es a muy bajas concentraciones y durante largos periodos de tiempo, hecho que dificulta enormemente el establecimiento de límites.

SÍNDROME DEL EDIFICIO ENFERMO
Los altos índices de contaminación externa y las actividades que se ejerzan dentro un local, determinará si el aire interno goza o no de calidad, por lo que en caso de que el aire interior esté muy contaminado por falta de limpieza del sistema de ventilación o acondicionamiento de aire, puede derivar en el llamado Síndrome del Edificio Enfermo (SEE).
El Síndrome del Edificio Enfermo se puede describir como un conjunto de síntomas diversos que presentan, predominantemente, los individuos ocupantes de un edificio y que no van en general acompañados de ninguna lesión orgánica o signo físico, diagnosticándose, a menudo, por exclusión.
Síntomas como dolores de cabeza, picor en los ojos, irritación en la piel, garganta seca e irritada, náuseas, congestión nasal, fatiga, aletargamiento, entre otros; son los padecimientos que suelen presentar los ocupantes de los inmuebles “enfermos”, pero estos síntomas tienden a desaparecer al abandonar el edificio.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), pueden presentarse dos tipos de edificios enfermos. En el primero se incluyen edificios nuevos o de reciente remodelación en lo que los síntomas disminuyen aproximadamente en medio año.
Mientras que en el otro tipo, los síntomas persisten, incluso durante años, a pesar de que se tomen medidas para solucionar los problemas.
Aunque la limpieza de los ductos de aire no se constituyen en el único factor de solución al Síndrome del Edificio Enfermo, sí es un elemento de importancia que no se debe obviar, ya que por su característica húmeda es el perfecto hábitat para alojar cualquier tipo de biocontaminante, cuyo tiempo de vida puede ser prolongado, generando su proliferación y por ende afecciones en la salud de quienes respiran el aire transportado por el ducto contaminado.

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